Hasta un reloj parado consigue estar acertado dos veces al día.


sábado, 10 de enero de 2015

Volveré.

   Nos engañan. Como a ratas. 
   Nos abandonan. Como a perros.
   Nos maltratan. Como a alimañas.
   Nos aplastan. Como a cucarachas. 
   Nos ignoran. Como a piedras.
   Y sin embargo, ni las ratas deberían de ser engañadas,
   ni los perros deberían de ser abandonados,
   ni las alimañas deberían de ser maltratadas,
   ni las cucarachas deberían de ser aplastadas,
   ni las piedras deberían de ser ignoradas.
   Porque hasta las piedras más insignificantes,
   tienen algo importante que decir.


   Como en los anuncios de la TV, en los que aparece un dentista diciéndonos: "8 de cada 10 dentistas recomiendan colgate". ¿Dónde coño están esos dentistas? ¿Dónde están las encuestas? ¿Dónde están las pruebas? ¿Eres tú un dentista o un puto actor que engaña a ratas que no deberían de ser engañadas?


-MÓNICA.

sábado, 25 de mayo de 2013

   Hoy, he soñado algo de lo que no me acuerdo, pero cuando me he levantado he tenido un "flash" y me he empezado a hacer muchas preguntas sobre todo. Pero lo que mas me ha perturbado han sido estas preguntas: Cuando nos enamoramos, ¿lo hacemos por beneficio propio?, ¿somos capaces de querer a alguien de verdad?, ¿por qué nos enamoramos? Desde que era pequeña, siempre he pensado que cuando te enamoras es porque quieres mucho a alguien, y siempre me han inculcado que quieres lo mejor para esa persona, pero, volviendo al tema del egoísmo; si siempre somos egoístas, ¿lo somos también cuando nos enamoramos? Es decir, ¿queremos a alguien sólo para sentirnos mejor? Pero lo mas importante, ¿qué es el amor?

jueves, 16 de mayo de 2013

Las teclas de mi vida. (Mónica)

   Estaba destrozada. La fuerte discursión con mi hermana me había hecho polvo, y, por si no fuera poco, había suspendido un examen de matemáticas. Carlota me hablaba con normalidad, y yo no podía evitar contestarle en un tono brusco. A ella y a todos. "Qué asco de vida", pensaba. "No sirvo para nada", pensaba. "No llegaré a algo en la vida", pensaba. "Todos están contra mí", pensaba. Me preguntaba el por qué de todo y en vez de llegar a una respuesta, me hacía más preguntas. "¿Por qué mi cabeza no para de hablar?" pensaba también. Mi subconsciente no me dejaba en paz: "haz las paces con tu hermana", "pídele perdón", "estudia para el examen de lengua", "haz el trabajo de biología", "prepara la mochila para mañana", "apunta en la agenda los deberes para mañana". Un cúmulo de voces se amontonaron en mi cerebro, así que decidí salir disparada del instituto hacia algún lugar mejor en el que pudiera reflexionar, y ante todo, calmarme.
   La calle estaba repleta de gente, y me preocupaba el qué pensaría la gente de mi al verme a las 09.30 de la mañana por ahí con la mochila puesta. No quería que pensaran que estaba haciendo novillos, pero en fin, qué importará eso. Quería encontrar un sitio donde pudiera estar a solas, pero no lograba encontrarlo, había gente por todos lados, en cada metro cuadrado de la acera. Probé a meterme por una callejuela de mal aspecto, ya que parecía que allí no habría nadie, y... ¡BINGO! Por fin encontré mi sitio. Me senté en el suelo descuidado lleno de cigarros y litronas, me puse las manos en la cara y comencé a pensar. Al cabo de un rato, me di cuenta de que sólo estaba empeorando mis pensamientos cuando me percaté de que una lágrima estaba saliendo de mi ojo. Y otra. Y otra más. Y así sucesivamente. Así que, no tardé en irme a mi casa.
   Iba mirando hacia el suelo cuando por fin, ya estaba en la puerta de mi hogar. Metí la mano en mi bolsillo trasero del pantalón y saqué mi llave. La metí cuidadosamente en la cerradura y abrí la puerta. Sabía que era mi casa por su olor característico, eso me relajaba un poco.
   Entré a la cocina. Abrí la nevera. Nada. Fui a la despensa. Nada. ¿Qué podía hacer para calmar a las tenebrosas voces de mi cabeza? Estaba desesperada, cuando, sin darme cuenta, ya estaba en mi habitación. Lo primero que apareció en mi campo de visión fue mi cama, ya que es bastante grande, luego el armario, el escritorio, la silla, y... ¡El piano! ¡No me acordaba del piano! Llevaba sin tocarlo meses. Me acerqué con cuidado, como si de un gato asustado se tratara. Con cautela. Me dispuse a tocar una tecla con mi dedo meñique. Lentamente acerqué mi dedo y un si bemol llegó a mis oídos, y después a mi corazón. Me senté en la silla con la intención de intentar recordar alguna canción de piano. Acerqué la silla y... Ahí fue el momento mágico, cuando todos mis dedos tocaron todas y cada una de las teclas de mi precioso piano; do, do sostenido, re, re sostenido, mi bemol, sol, si bemol, sol sostenido. Las tocaba una y otra vez. Tocaba todas las teclas al azar, y aun así, el sonido era precioso. Era magia. ¿Cómo se puede hacer tal maravilla con un trozo de madera? Ahí fue cuando recordé una canción de Yann Tiersen. Se llama "Le matin". Era preciosa. Me dispuse a tocarla. Cuando empecé a escuchar tal melodía, las lágrimas de tristeza se cambiaron por lágrimas de alegría y emoción. Cada uno de mis dedos cobraban vida propia, cada uno de mis órganos se transformaban en algo mejor, y, cuando acabé la canción, pensé: ¿Y cuáles eran mis problemas?



Mónica Serrano Salazar.

jueves, 9 de mayo de 2013

Disertación: suerte.

    La suerte. Eso que llamamos suerte. ¿Y, qué será la suerte? En su significado genérico, pienso que la palabra "suerte" se atribuye a las personas, por ejemplo, una persona es suertuda durante toda su vida, o una persona tiene un golpe de suerte, pero, ¿existe la suerte realmente? ¿qué es la verdadera suerte?

    Con este tema, me hago muchas preguntas (que las iréis viendo a lo largo de mi disertación). La suerte ha llegado a mi cabeza gracias a que el otro día, estaba viendo la televisión, concretamente el programa de "Ahora caigo". Seguramente que todos lo habréis visto y la mayoría sabéis cómo funciona. El caso es, que el jugador principal perdió, y uno de los participantes ganó los 5.000€. Entonces, ese fue el momento en el que dije: "qué suerte ha tenido", pero acto seguido, me di cuenta de que el simple hecho de que te hayan cogido para ir al programa es tener suerte. Luego está la suerte de jugar, la suerte de ser el jugador principal, la suerte de ganar 1.000€ o la suerte de ganar 100.000€, pero todo es suerte.

    Pues bien, partiendo de este ejemplo, me voy a ir a otros temas: como bien sabemos todos, España está en crisis, pero comparando con el ejemplo del programa de "Ahora caigo", el simple hecho de estar viviendo en España y no en un país del tercer mundo de África, ya es suerte. O, por ejemplo, comparamos a alguien que tiene un trabajo con un sueldo de 400€ al mes, todo el día trabajando, y a otra persona que tiene un trabajo que tiene un sueldo de 4.000€ al mes sin hacer "nada". ¿Es justo? Claro que no es justo, los dos casos podrían considerarse suerte, ya que trabajar y tener un sueldo en estos tiempos, ya podría considerarse suerte.

    En mi opinión, todo el mundo tiene suerte, ya sea en mayor o en menor grado, aunque la gente no lo quiera ver, porque cuanto más tenemos, más queremos tener. Está claro que tenemos una venda puesta y no nos damos cuenta de que todos y cada uno de nosotros somos afortunados toda nuestra vida por el simple hecho de estar aquí.

   Pero... partiendo de este tema de la suerte, se me genera otra pregunta en mi cabeza: ¿suerte o azar? En mi opinión la suerte si existe, al igual que el destino. Estás destinado a tener más suerte o menos suerte, pero existe. Cuando te toca la loteria, muchas personas afirmarían que es causa del azar, pero yo pienso que estás destinado a tener esa suerte.

   En conclusión, todos somos suertudos. Existe la suerte, pero también existen sus grados. Y tú, ¿cómo de afortunado eres?

jueves, 2 de mayo de 2013

Primer trabajo de Literatura y Filosofía. Ensayo.

 Tic, tac, tic, tac. Las agujas del reloj continúan. Las agujas del reloj no se paran.  Sin prisa pero sin pausa. No existe el pause, ni el stop. Y si el reloj se rompe, hay millones de relojes más latiendo. Relojes. El hierro se oxida. El café se enfria. Las pieles se arrugan. Las mentes se estropean (o se arreglan). El tiempo. ¿Por qué pasa el tiempo? ¿Por qué ahora, de repente, la vida es breve? Supongo que estas preguntas también se las hacían las personas que vivían en el Barroco. Cuando eres pequeño, la vida es inmensa, eres inmortal. Eres feliz, te dan todo, vives tu infancia, en el idealismo. No ves mas allá de la Game Boy o de salir a jugar con las Barbies. Esa es tu realidad en un periodo de tiempo; no estás definido, no sabes quien eres, pero tampoco tienes interés en saberlo ni te lo has preguntado nunca. Se podría decir que mi vida cuando tenía 5 años era feliz, o eso creía yo, pero en realidad era una mierda. No sé como explicarlo. Me levantaba cuando quería, mi madre me preparaba el desayuno, jugaba conmigo, me hacía la comida, me llevaba al cole, me daba besos y me leía cuentos para que tuviera dulces sueños. Y ahora es cuando vosotros decís: "pues que vida más guay". Pero ahora es cuando yo digo: "pues qué vida mas fría". ¿Sabéis que cuando yo tenía 5 años pensaba que los niños no podían morir? Creo que no sabía ni que existía la muerte; para mí, las personas que morían se iban de viaje sin vuelta, pero no morían, no podían morir, qué cosa tan fea. ¿En serio la gente piensa que la época más feliz de su vida era en la infancia? Si no teníamos pasiones, nuestra vida era aburridamente perfecta, o perfectamente aburrida. Sin embargo, he ido creciendo, y los años me han pasado factura, como a todos y cada uno de vosotros. Los hechos nos marcan. Poco a poco tenemos más afinidad a la hora de pensar, nos hacemos más preguntas, tenemos momentos de crisis, no le vemos sentido a nada, dejamos de creer en todo. ¿Que a dónde quiero llegar? No lo sé, pero todo esto que acabo de decir, hace que nazcan pasiones en nosotros. Hace que nos apasione la música, hace que leamos poesía y nos guste, hace que nos de un vuelco la vida. Para mí, este suceso es un misterio. ¿Por qué nos tienen que pasar cosas malas para que saquemos nuestra vena artística? Por ejemplo, en mi caso, sólo puedo escribir disertaciones filosóficas cuando estoy triste o enfadada. Entonces, ¿es malo estar triste? ¿es malo estar enfadado? ¿por qué me quejo cuando estoy triste, si eso es lo que ha hecho que toque el piano, o que escriba en este blog, o que lea poesía, o que me apasione por la música? Prefiero buscar respuestas mirando al cielo que tener una vida de plástico. Pero, a lo que iba: ¿por qué ahora la muerte está tan presente en nosotros, o al menos en mí? El tiempo pasa escalofriantemente rápido, 17 años de mi vida han pasado en un pestañeo de mis ojos. La muerte está lejos, pero a la vez tan cerca. Me gustaría pensar que no importa cuánto lejos esté la muerte, que lo que en realidad importa es lo que hagamos en vida, y que no hay que llenar la vida de años, sino los años de vida, pero es inevitable pensar en la muerte de una manera tenebrosa.

"Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón."
Steve Jobs

   En mi opinión, no se puede vencer a la muerte; polvo has sido y en polvo te convertirás, pero mientras estamos en vida, tenemos que intentar creer en algo, porque si no crees en nada, entonces no tendrás vida, no tendrás nada. Si malgastamos el tiempo, entonces el tiempo nos malgastará a nosotros, así que sal a la calle, y busca una pasión por la que vivir cuando estés triste, así como en el barroco.

martes, 23 de abril de 2013

Egoísmo-altruísmo.

   Bien. Cómo empezar... Siempre digo lo mismo, pero, aunque parezca mentira, ya estaba dándole vueltas al tema egoísmo-altruísmo desde hace un tiempo, y no sólo a este tema, sino también al tema de la empatía. Después de leer este texto que nos dio Rafa, me planteo la siguiente pregunta: ¿Existe realmente el altruísmo? Según el texto sí, ya que  Oliver Queen se "convierte" en Green Arrow, de egoísta a altruísta (otra cosa que me pregunto: ¿seguirá siendo la misma esencia la de Oliver Queen que la de Green Arrow? pero eso ya es otro tema, aunque no menos inquietante). Lo primero que voy a hacer es preguntarme dos cosas. La primera es: ¿Qué es el egoísmo? O al menos, ¿qué es lo que yo considero egoísmo? La verdad es que es una cuestión difícil de plantear, ya que yo lo considero como el amor excesivo hacia uno mismo, al "rechazo" a los demás por la continua atención a ti mismo y a ser ignorante, pero no por naturaleza, sino ser ignorante porque tú quieres, por tu propia voluntad. La segunda cosa que me pregunto es: ¿Qué es el altruísmo? Esta vez no voy a contestar a la pregunta "¿qué es lo que yo considero altruísmo?" ya que para mí esta pregunta no tiene sentido, está vacía, porque para mí el altruísmo no existe. Por ello, he buscado esta palabra en el diccionario y este ha sido el resultado: "Diligencia en procurar el bien ajeno sin esperar nada a cambio". Todas las personas tienen derecho a creer en lo que quieran, por eso, yo, aunque esta definicion venga escrita en el diccionario, no creo en el altruísmo, para nada.

   Quizá este tema esté interrelacionado con lo que ahora estamos viendo los alumnos de 1º Bach en clase de Filosofía y Literatura: el barroco. En el barroco había una gran crisis hacia el hombre, pues ya no se creía en él, y ahora está pasando lo mismo. Puede ser que si en estos momentos viviéramos en una sociedad de prosperidad económica, social... etc, la gente creería mas en el hombre y por ello en el altruísmo y generosidad, pero mi opinión es mi opinión, y creo que aunque esto suceda yo no la cambiaría, porque cuando una idea se mete en tu cabeza, o mejor dicho, cuando metes una idea en tu cabeza, es difícil sacarla sin ser influenciado por nadie. Para mí, sólo creen en el altruísmo las personas idealistas que no viven en la realidad, o bien no quieren vivir en ella, pero eso no quiere decir que no respete la opinión de los que creen que el altruísmo existe. Bien, prosigo: como decía, con esta crisis que actualmente hay, creo que cada vez mas personas se unen a mi idea. Y, ¿por qué no existe el altruísmo? En mi opinión, las personas (y animales) somos egoístas por naturaleza, desde que nacemos, en mayor grado o menor grado, pero somos egoístas, pues estamos hechos para sobrevivir, siempre buscamos el bien propio. Hay mucha gente que puede decir: "y si yo hago algo por ti sin esperar nada a cambio, ¿qué?". Según la definición que anteriormente busqué en el diccionario, el altruísmo es procurar el bien ajeno sin esperar nada a cambio, ¿no? Pues siento decir, que yo no creo en esto. Seré un poco nihilista, pero todo el mundo cuando hace algo por alguien, lo hace mayormente por el bien propio. Por ejemplo, pongámonos en situación: estoy cruzando la calle y veo a una anciana con un carro de la compra que tiene dificultades para andar, y por eso yo voy a ayudarla. Todos dirían: "qué niña mas generosa, qué niña mas altruísta", pero no, realmente cuando ayudo a esa anciana, después me queda una satisfacción, por lo que se podría decir que he ayudado a una persona para sentirme bien yo misma. Eso es egoísmo, y está bien, porque, ¿quién dijo que ser egoísta es malo? Ser egoísta es como todo, ya que nada en abundancia es bueno.

   Querría hablar de muchas más cosas en este ensayo, como habréis notado, me estoy explayando un poco. Sigamos: otra opinión sobre el altruísmo y egoísmo son las realidades de cada uno. Mi realidad vista con mi mirada no es la misma realidad vista con tu mirada. Yo no me puedo meter en la realidad de nadie, y nadie se puede meter en mi realidad, porque lo que yo pienso está en una caja fuerte sin llave en algún sitio escondido en mi "yo". Hay muchas personas que son muy empáticas. Yo, he publicado varias veces entradas sobre la empatía, ya que es un tema que me inquieta, perturba, molesta, y causa bastantes sensaciones en mí. He tenido muchas experiencias con la empatía. ¿Existe la empatía? Existe, desde mi punto de vista, pero no sé si es muy acertada. Pongo un ejemplo: un día, mi madre me contó una historia muy trágica sobre una conocida suya, y desde ese día, estuve dándole vueltas a la historia, sin sentir nada. Pero un día, me puse a pensar muy profundamente sobre esa conocida, poniéndome casi en su piel. Sabía que era empatía cuando unas lágrimas salieron de mis ojos y la pena me invadía. Pero, se supone que la empatía es ponerse en el papel del otro, ¿no? Yo lo hice, pero me puse en el papel de una mujer viendo su vida con mi mirada y mi realidad. Quizá esa mujer tiene otra realidad y no ve las cosas como yo. Es algo perturbante, no sé como explicarlo. Con esto, quiero decir, que por mucha empatía que sientas no vas a ser más o menos entendedor, ya que las personas están encerradas en su realidad.

   Mi conclusión es que ninguna persona es altruísta. Al contrario, todos somos egoístas, aunque pensemos que no. Todos podemos ponernos en el lugar del otro, pero muy pocas veces podremos comprender lo que realmente siente la otra persona. Y tú, ¿cómo de egoísta eres?